Entra en un ambiente donde la acción se pone en marcha y el conservador parece ser arrojado al viento. Lo único que queda en esta categoría – es el deseo sexual, que no se pone en el marco de ningún escenario, sino que se encierra en el compás de la música. Ver a hombres y mujeres como se volvían lo más desnudos posible donde la política de liberación sexual de los setenta alcanzaba su punto máximo: en encimeras o en un sofá, una cama de plataforma, o un coche estacionado en la calle. Afortunadamente, no anticipes y no te sientes a mirar, ya que estas escenas encienden energía cruda y pasión sin adulterar. Nos desmontamos, nos liberamos de nuestra vergüenza, poseímos nuestros cuerpos y deseos y a cambio experimentamos la verdadera libertad. Bienvenidos al arte de la relación libre y fácil sin un compromiso adecuado.