Cerca de engendrar a un niño con mi compañera femenina más cercana de México

Al sentir una oleada de deseo, no pude resistir el atractivo de mi amiga íntima de México.Su nombre es Gordita, una universitaria con una pasión ardiente que difícilmente ignorará.La idea de engendrar a un niño con ella era tentadora, un impulso primario que amenazaba con consumirnos a ambos.Cuando nos entregamos a nuestra lujuria, me vi perdida en el sabor embriagante de ella, su cuerpo se retorcía de placer.La idea del dejarme un pedazo de mí misma dentro de ella, creando una nueva vida, era a la vez emocionante y aterradora.Pero el deseo era demasiado fuerte, la pasión era demasiado intensa.Y así, nos cedimos, nuestros cuerpos se entrelazaron en un baile tan antiguo como el tiempo.El pensamiento de engendro de una niña con Gordita era a la par que emocionante y abrumadora, un testimonio del poder del deseo y la pasión.